Al menos 318 muertos en un ataque terrorista en el sureste de la RDC

Según ha informado este lunes el portal de noticias "Europa Pres", un brutal ataque en la localidad de Moba, al sureste de la República Democrática del Congo (RDC), ha dejado al menos 318 muertos durante el pasado fin de semana, en lo que se perfila como uno de los episodios más sangrientos en la escalada de violencia que vive el país.

Las autoridades atribuyen la masacre al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que desde hace años siembra el terror en la región.  

El presidente de la Asamblea Nacional, Vital Kamerhe, denunció el crimen durante una sesión plenaria el domingo, calificando al atacante como un "miliciano que comenzó con solo dos fusiles". Su intervención respondía a las demandas de diputados de Tanganica, provincia donde se ubica Moba y que enfrenta un agravamiento de la inseguridad, sumado al conflicto con el M23.  

Kamerhe instó a la unidad nacional, describiendo al país como un "patrimonio común" y asegurando que "la paz vencerá". Sin embargo, sus palabras contrastan con la realidad: el gobierno del presidente Félix Tshisekedi sigue sin contener la ofensiva rebelde, pese a los intentos de diálogo.  

El 2 de junio, Tshisekedi aceptó reunirse con el líder opositor Martin Fayulu para abordar la crisis. Fayulu, en un discurso cargado de dramatismo, pidió soluciones patrióticas: "Si debemos morir para que la RDC renazca, muramos". Sin embargo, se desconoce si el encuentro se concretó, mientras los ataques persisten.    
El M23, vinculado a intereses extranjeros según la ONU, ha intensificado su avance en el este del país, desplazando a miles y desafiando al ejército congoleño, que cuenta con apoyo de fuerzas internacionales. La masacre de Moba evidencia la incapacidad del Estado para proteger a su población y reactiva el debate sobre una estrategia de seguridad fallida.  

Mientras la comunidad internacional calla, la RDC se sumerge en una crisis humanitaria que exige más que discursos. Los congoleños esperan acciones antes de que el país se fracture definitivamente.