Vecinos de Buena Esperanza, en Malabo, denuncian falta del alumbrado público

Algunos vecinos aseguran que los robos a transeúntes y viviendas han aumentado, aprovechando la falta de visibilidad. “Antes podíamos caminar tranquilos de noche. Ahora, a partir de las siete, nadie quiere salir solo”, dice Justino, otro residente.

Los vecinos del barrio Buena Esperanza, situado en la periferia de Malabo, han alzado la voz ante lo que califican como un abandono respecto al alumbrado público. Aunque las farolas están instaladas desde hace años, muchas de ellas llevan meses sin funcionar, sumiendo al vecindario en la oscuridad total al caer la noche.

“La iluminación funcionaba bien en sus inicios, pero desde hace más de un año todo está apagado”, explica Lucía, residente de la zona. “Ya hemos informado varias veces al ayuntamiento, pero nadie nos da una solución concreta”, añade. La falta de respuesta por parte de las autoridades municipales ha generado malestar e inseguridad entre los vecinos.

Las calles oscuras han incrementado la preocupación por los atracos y la delincuencia, especialmente en horas nocturnas. Algunos vecinos aseguran que los robos a transeúntes y viviendas han aumentado, aprovechando la falta de visibilidad. “Antes podíamos caminar tranquilos de noche. Ahora, a partir de las siete, nadie quiere salir solo”, dice Justino, otro residente.

Además de los riesgos de seguridad, los habitantes temen accidentes, ya que muchas vías carecen de aceras y señalización. Las familias con niños pequeños y los ancianos son los más afectados. La situación también impacta en el comercio local, pues varios negocios han optado por cerrar más temprano ante la inseguridad.

Los vecinos de Buena Esperanza exigen una solución inmediata y una revisión completa del sistema eléctrico del barrio. Piden a las autoridades responsables, ya sea SEGESA, el ayuntamiento o el Ministerio de Obras Públicas que actúen con urgencia para restablecer el servicio de alumbrado.

Mientras tanto, la oscuridad sigue marcando las noches en Buena Esperanza, dejando a sus habitantes en la incertidumbre y la preocupación constante.