Los clubes africanos decepcionan en el Mundial de Clubes 2025: una llamada de atención al fútbol continental

El Mundial de Clubes ha dejado una dura lección para África, al presidente de la CAF, junto a los líderes de las federaciones nacionales. Los cuatro equipos que representaban a África han dejando una imagen preocupante de la competitividad del fútbol africano a nivel internacional.
El fútbol africano ha quedado en evidencia en la primera edición del nuevo formato del Mundial de Clubes de la FIFA, que se celebra en Estados Unidos. Los cuatro equipos que representaban al continente Al-Ahly (Egipto), Wydad Casablanca (Marruecos), Espérance de Tunis (Túnez) y Mamelodi Sundowns (Sudáfrica) han sido eliminados en la fase de grupos, dejando una imagen preocupante de la competitividad del fútbol africano a nivel internacional.
La presencia africana en este torneo, que reúne a los mejores clubes del mundo, ha sido calificada por analistas como “turismo deportivo”. Solo Mamelodi Sundowns mostró algo de resistencia, al sumar cuatro puntos tras una victoria, un empate y una derrota, quedándose a las puertas de la clasificación a octavos de final. El resto de representantes africanos se marcharon sin pena ni gloria.
Mientras tanto, los clubes brasileños Palmeiras, Flamengo, Fluminense y Botafogo se clasificaron todos a los octavos de final, y dos de ellos ya están en cuartos, lo que contrasta con la debacle africana. Esta comparación ha generado críticas hacia la Confederación Africana de Fútbol (CAF) y sus federaciones nacionales, que parecen estar lejos de alcanzar los estándares competitivos internacionales.
El presidente de la CAF, Dr. Patrice Motsepe, junto a los líderes de las federaciones nacionales, enfrenta ahora la presión de emprender reformas profundas. Se requieren mayores inversiones en infraestructuras, desarrollo juvenil, formación técnica y profesionalización de las ligas, si se quiere competir con seriedad en el ámbito global.
Esta crisis no es nueva ni exclusiva del fútbol de clubes. A nivel de selecciones, África también ha tenido un recorrido limitado en la Copa del Mundo. Desde la creación del torneo, solo una selección ha alcanzado las semifinales: Marruecos, en Catar 2022. Camerún fue pionero al llegar a cuartos de final en Italia 1990, seguido por Senegal en Corea-Japón 2002 y Ghana en Sudáfrica 2010. Sin embargo, estos logros siguen siendo excepciones en un historial mayormente discreto.
Otro punto de controversia es el criterio con el que se otorga el Balón de Oro africano. Muchos críticos señalan que el premio suele ir a jugadores que militan en ligas europeas, dejando de lado a quienes compiten en el propio continente. Esto no solo representa una contradicción, sino que también desincentiva el desarrollo local, al no reconocer el talento que se forja en África.
Recompensar a los futbolistas que destacan en las ligas africanas ayudaría a elevar el nivel de profesionalismo y competitividad interna. Sin embargo, mientras la CAF siga apostando por modelos externos para revitalizar su fútbol, los resultados seguirán siendo decepcionantes.
El Mundial de Clubes ha dejado una dura lección para África: el talento no basta sin estructura, inversión y una visión clara de desarrollo local.